Cuando nuestra empresa implementa un sistema de calidad, por ejemplo ISO 9001, se hace necesaria una mirada externa que nos diga cómo lo hicimos y dónde podemos mejorar. Que nos de un respaldo ante la opinión pública, el medio, los clientes, los proveedores, los empleados y nosotros mismos.
¿Qué es lo que esperamos de la auditoría? Además de recibir el anhelado certificado de calidad, como un premio por un trabajo bien hecho, esperamos el valioso aporte del auditor, que revisa todo en busca de la conformidad del SGC implementado con la norma ISO 9001.
Luego de varios días de auditoría, en los que se analiza documentos, registros y procedimientos, sin olvidar el manual y la política de calidad y sus correspondientes objetivos, llegamos a la esperada reunión de cierre, en donde se nos informa de los hallazgos –positivos y negativos– de nuestro sistema.
Pues bien, es ahora cuando comienzan los problemas: El auditor encontró dos documentos que tenían la fecha mal puesta y no coincidían con la del listado maestro de documentos, indicando que esto es una no conformidad mayor; Los documentos que se están controlando de manera electrónica no están firmados y de esa manera no se puede asegurar si están aprobados o no; En el procedimiento de auditoría interna dice que se hará al menos una en el año y como se han realizado dos, sería bueno explicitarlo. Y así muchas otras situaciones que no son del todo relevantes, detalles menores que no afectan a la calidad del producto y que se deberían manejar como una observación.
¿Dónde están esos comentarios asociados a la mejora de mis procesos, a la reducción de costos, a la mejora del producto y la satisfacción del cliente? No estoy pidiendo que el auditor haga mi trabajo de mejora continua, pero sí espero su mirada externa y conocedora del rubro (requisito mínimo para auditar) y por consiguiente, su orientación para mejorar en los puntos antes mencionados. Espero un análisis que me permita revisar la dirección de la empresa, que lleve por el camino de la eficiencia y no de la burocracia; Espero que me diga si estoy haciendo bien mis auditorías internas; En definitiva, espero del auditor toda la información valiosa que me permita mejorar.
